Holanda, 08 de Julio de 2010.
Pues ya veis, ni en el mejor de los casos a principio del mundial de Sur África hubiese imaginado tal final, España Vs Holanda.
Por un lado España, mi selección, mi tierra, el pais que me vió nacer y crecer como persona. Y por el otro lado Holanda, mi país de adopción, la que me ha aceptado como uno más desde hace ya más de tres años y, por supuesto, la tierra de mi novia.
Así que claro, cuando uno se enfrenta a una cita histórica, que ni nuestros abuelos han podido vivir, uno se siente en el ojo del huracán pues todos mis amigos, compañeros de trabajo y conocidos holandeses saben por estos lares de mi nacionalidad y que defiendo mi pais a muerte. Y claro, en esta ocasión, a pesar de que nos enfrentemos a su equipo, el que lleva también décadas soñando el ser campeón, voy a animar a mi selección hasta el último segundo del partido del próximo Domingo.
Eso si, he de admitir que quizás me voy a sentir como el presidente de futbol que presencia una final de fútbol sentado junto al mandatario del equipo rival, el cual tiene que contener sus sentimientos y mantener la compostura si no quiere crear un conflico. Pues yo me sentaré a ver el partido junto a "la mandataria del equipo rival" y con la que, por cierto, comparto techo y cama. Y uno quiere seguir durmiendo en la misma cama y bajo el mismo techo tras la conclusión del partido, pues ella, totálmente lógico y comprensible, va a poner toda la carne en el asado para animar a su selección, a los "Oranjes".
Pues en esta coyuntura uno se enfrenta a una cita histórica con sentimientos contrapuestos. Por un lado eufórico por ver a mi selección en una final de la copa del mundo de futbol y también por ver a Holanda en una final, por tercera ocasión en su historia, todo un hito para tan pequeño país, y por otra parte fastidiado al ver que ambos conjuntos se enfrentarán para conseguir su primer trofeo de campeón y a sabiendas que el domingo, pase lo que pase a la conclusión del partido, en mi casa se van a mezclar sentimientos contrapuestos, las lágrimas de alegria de uno con las de tristeza del otro.
Y mientras ese domingo dia 11 de julio del 2010 (fecha que no será olvidada facilmente) llega, nos disponemos Melissa y yo a pasar el tiempo lo mejor y pacífico posible, aunque durante las horas de sueño cada uno soñará como su respectivo capitán levanta la copa el próximo domingo. Eso si, el que os escribe no se va a despedir sin antes gritar a pleno pulmón y con el deseo de que se me escuche en todo El Palo:
¡¡¡ VIVA ESPAÑA !!!
Para la realización de esta publicación han colaborado:
JUAN SALGUERO (Paleño en el extranjero).
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