Los primeros habitantes de El Palo se asentaron en humildes cuevas que derivaron en chozas.
El origen del nombre del barrio El Palo está rodeado de leyenda que el tiempo y la tradición popular han convertido en realidad para muchos.
Se dice que surgió cuando...
...una inundación arrastró el tronco de un árbol hasta la playa donde permaneció tanto tiempo que terminó por ser el símbolo de la zona, también se le relaciona con la existencia de unas lagunas litorales de donde el nombre habría derivado del latín palus que significa pantano, e incluso hay otra que habla de un título nobiliario que habría poseído tierras en esta zona después de la reconquista y que se llamaba el marqués de Palo.
Pero según el historiador Víctor Heredia, lo que sí está constatado es que en este punto del camino hacia Vélez-Málaga, en el valle que forman las laderas meridionales de San Antón cayendo entre el arroyo Jaboneros y el Gálica, existió un ventorrillo del Palo, que parece estar en el origen del núcleo de población. Los primeros habitantes se asentaron en las Cuevas de las Viñas, y después surgieron chozas y casas hasta conformar las calles más antiguas. El ensanche formado por la encrucijada entre la carretera de Almería o de Vélez y las calles del Mar, hacia la playa, y Real, en dirección a las Cuevas, siempre ha sido el centro neurálgico de este popular barrio.
Ya a principios del siglo pasado -fecha en la que data la foto- actuaba como plaza que servía de punto de reunión. El Palo quedaba antiguamente muy alejado de Málaga, como la primera población que se encontraba en el camino hacia la costa oriental. Siempre ha dependido del municipio malagueño, señaló el experto, aunque "en el pasado protagonizó algún intento de segregación pese al corto número de vecinos". A mediados del siglo XIX, El Palo contaba con 250 casas y más de 1.800 habitantes, disponía de una escuela de primeras letras y ni siquiera tenía parroquia propia. Sus vecinos trabajaban en las tareas agrícolas, especialmente en las viñas y huertas próximas de los partidos rurales de Jaboneros, San Antón, Gálica, Jarazmín y Juncares, y en las faenas pesqueras, que capturaban, sobre todo, boquerones y sardinas. En esa época el barrio estaba formado por edificaciones sencillas de dos plantas de altura, mientras que las calles eran de tierra, sin empedrar y sin saneamiento. Con el paso de los años y el desarrollo urbanístico de la ciudad, El Palo se fue uniendo al casco urbano a través de las zonas residenciales del distrito este. Al mismo tiempo, el barrio experimentó un crecimiento demográfico y urbanístico que ha llevado a que las antiguas huertas estén ocupadas hoy en día por grandes edificios.
Pero aún las Cuatro Esquinas siguen siendo el punto central de la barriada y los proyectos urbanísticos que durante décadas se han ido planteando en este lugar han contado con el seguimiento atento de los vecinos.
La actuación municipal prevista en este punto sigue levantando polémica a la espera de que se constituya la gran plaza central del barrio que la postal ya anunciaba hace un siglo.
Imagen del actual estado de Las Cuatro Esquinas de El Palo (Málaga). Foto: Javi Luke. |
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