· Fecha de construcción: 1865.
· Estado: Operativo.
· Capacidad: - 1.850 nichos, 400 tumbas.
· Tanatosala: 2 independientes y zona común.
· Horario: Lunes a Domingo, 9:00 a 18:00 hrs.
Introducción sobre la creación de los cementerios en Málaga y provincia.
Hasta 1804, había sido patrimonio exclusivo de la iglesia el proporcionar a sus fieles el lugar de eterno descanso.
Los enterramientos se efectuaban bien en lugares que rodeaban a la misma iglesia, en su interior e incluso en los sótanos, donde muchas cofradías enterraban a sus cofrades. Muchos son los restos de nobles que reposan al pie de altares en panteones especialmente hechos para ellos.
Las iglesias de Málaga, particularmente las de antigua construcción, poseen, casi todas ellas, panteones y nichos. Valgan como ejemplo, la Santa Iglesia Catedral, El Real Santuario de Santa María de la Victoria o la Iglesia de San Lázaro. Las riquezas, estilos y ornamentos de los nichos y panteones son de una gran variedad.
En la Iglesia de Santa María de la Victoria se puede admirar el panteón de los Condes de Bella Vista, posiblemente único en España en su aspecto tétrico y representativo de la muerte, realizado todo él en yesería. Igualmente reposan en su sótano los restos mortales de muchos caballeros que tomaron parte en la conquista de Málaga por los Reyes Católicos.
En la Catedral, en sus muchos enterramientos, descansan para siempre, sobre todo obispos y cardenales y la modesta San Lázaro, con toda su cripta dibujada a carboncilla por los leprosos, guarda los restos de ellos mismos.
En la Iglesia de Santa María de la Victoria se puede admirar el panteón de los Condes de Bella Vista, posiblemente único en España en su aspecto tétrico y representativo de la muerte, realizado todo él en yesería. Igualmente reposan en su sótano los restos mortales de muchos caballeros que tomaron parte en la conquista de Málaga por los Reyes Católicos.
En la Catedral, en sus muchos enterramientos, descansan para siempre, sobre todo obispos y cardenales y la modesta San Lázaro, con toda su cripta dibujada a carboncilla por los leprosos, guarda los restos de ellos mismos.
En el año 1804, Carlos IV, Rey de España, se vio obligado, por las epidemias que asolaban al reino, a decretar que este tipo de enterramiento quedaba abolido, porque, además de insuficiente, estaba falto de ventilación e higiene. Así, el día 23 de julio del mencionado año de 1804, Don José Antonio Fita, delegado y encargado por el gobernador del consejo del reino para la construcción de cementerios, escribe al corregidor y gobernador político militar de Málaga, notificándole que: "Por las circulares que de acuerdo del consejo ha comunicado su secretario de gobierno Don Bartolomé Muñoz a todos los corregidores y alcaldes mayores del Reino con fecha 26 de abril y 28 de junio, se habrá V.S. enterado de las poderosas causas que han motivado al piadoso y religioso corazón del Rey a mandar llevar a efecto sin dilación alguna la construcción de cementerios ventilados para enterrar los cadáveres de los fieles..."
La misiva del Sr. Fita continúa diciendo... "Y deseando yo que tengan cumplido efecto las benéficas intenciones de S.M. no puedo dejar de excitar el celo de V.S. a fin de que proceda a este asunto con la actividad que requiere, para que se verifique cuanto antes la construcción de cementerios en esa capital y pueblos de su partido...". Para finalizar, Don José Antonio Fita, hace la siguiente petición al Gobernador: "Y remitiéndome, desde luego, lista de los pueblos de su partido, expresiva de si hay algunos que pertenezcan a diferentes diócesis o que estén exentos de su jurisdicción". Desde luego se refería a los cementerios, y su firma al final de la carta avala la fecha dada en Madrid el 14 de julio de 1804.
Después de esto se abre un paréntesis de tres años en los que ninguna noticia altera lo dispuesto; solamente al cabo del tiempo mencionado, en 1807, hallamos la constancia de la muerte del Sr. Fita, de cuya cartera se hizo cargo Don Vicente Duque de Estrada, quien nada más tomar posesión de la misma, envía nueva comunicación al Gobernador de la provincia, a la sazón Don Teodoro de Reding, Coronel del Regimiento de Suizos, notificándole dicho acontecimiento y rogándole que a la mayor brevedad posible le informe por separado de los respectivos pueblos del partido que tenían ya cementerio, si se habían situado y construidos en terrenos proporcionados y del modo dispuesto por punto general, así como de qué arbitrios se habían costeado.
También necesitaba saber el Sr. Duque de Estrada, las dificultades o embarazos que impedían o retardaban la erección de ellos en muchos pueblos del partido de Málaga, precisando conocer cuáles eran, así como todo lo demás que se le ofreciese al Gobernador de la provincia para atajar las causas y obstáculos que producían la dilación.
Don Vicente Duque, que también había sido comisionado para las provincias de Sevilla y Cádiz, fechaba en Madrid esta primera toma de contacto con la autoridad malacitana el día 17 de abril de 1807.
Esto es cuanto podemos ofrecer de interés como datos en relación a la construcción de cementerios en Málaga y provincia, para así entrar de lleno en el que a nosotros nos ocupa, el de San Juan, de la malagueña Barriada de El Palo.
Sin embargo, nos sumergimos en un oscuro túnel de tiempo en el que no hemos encontrado nada que nos dé la primera luz hasta que llegamos al año 1823.
El Cementerio de El Palo (Málaga).
En el año de 1823 encontramos que la Barriada cuenta ya con 560 habitantes, de los que muchos habitan cuevas y chozas, aunque la mayoría lo hiciese en casas, como lo demuestra la existencia de 34 casas en el Arroyo de El Palo, 29 en Cuevas de San Pedro, 8 en calle del Olivar y 6 en calle Saladero. Existían, asimismo, 15 chozas en la acera derecha de El Palo y 5 en el Arroyo, más otras 12 cuevas en Santa María Magdalena.
Esta población paleña unida a la de la Huerta de la Cruz, San Antón, Huerta de la Victoria, Ventorrillo de la Cruz y las mencionadas Cuevas de San Pedro y Arroyo de El Palo, hacía que la cantidad de vecinos ascendiese a 956.
Con relación al primer cementerio que esta población paleña poseía por aquel entonces nos ha sido realmente imposible encontrar documentación alguna sobre él escrita, por lo que no tenemos constancia de la fecha en que hubo de realizarse aunque, desde luego, sí después de 1807.
Ciertamente nos falta la mencionada documentación pero eso no ha sido obstáculo para precisar el lugar exacto donde se ubicaba. Hoy día es una calle muy céntrica, la llamada Avda. de la Estación, antaño "Huerta de Benítez", en su parte más cercana a la playa y frente al Colegio llamado "María Auxiliadora", actualizado con el nombre de Valle Inclán, estuvo situado este recinto sagrado. (Ver foto).
Dicho Camposanto se hallaba muy cerca del lugar donde cada Domingo y día festivo se celebraba la Santa Misa, la Capilla del Rosario, frente a la entrada de la mencionada Avda. de la Estación, al pie de la Avda. de Juan Sebastián Elcano y en la misma acera en la que hoy día aún se encuentra el Colegio San Estanislao de Kotska, regentado por los PP. Jesuítas. (Ver foto).
Dicho Camposanto se hallaba muy cerca del lugar donde cada Domingo y día festivo se celebraba la Santa Misa, la Capilla del Rosario, frente a la entrada de la mencionada Avda. de la Estación, al pie de la Avda. de Juan Sebastián Elcano y en la misma acera en la que hoy día aún se encuentra el Colegio San Estanislao de Kotska, regentado por los PP. Jesuítas. (Ver foto).
La segunda mitad del pasado siglo es como un despertar con miras hacia un futuro desconocido e imprevisible.
Fotografía de la Calle Real. |
Del mismo modo que en el año 1824, se había reunido un grupo de vecinos para tratar sobre una nueva Parroquia, en esta ocasión se reunieron con la idea de que se construyese un nuevo cementerio con mayor capacidad para albergar a los miembros que falleciesen en esa feligresía, ya que la dependencia que se estaba utilizando desde el año 1823 era insuficiente.
Así que, reunidos, y de común acuerdo, los hermanos Manuel y Gaspar Román Soler, el tío de ambos, José Soler López y otro vecino más, José Díaz Arjona, con el Alcalde Pedáneo, Sr. Carranque, hicieron llegar al Ayuntamiento malagueño la propuesta del nuevo cementerio en una reunión celebrada con el Alcalde de la Ciudad, Don Eduardo García Asencio, el día 25 de septiembre de 1865.
Al día siguiente de la conversación mantenida, el Alcalde de Málaga hace llegar el siguiente comunicado al Alcalde Pedáneo de la barriada:
Enterado el Ayuntamiento del deseo expuesto por el Alcalde Pedáneo y vecinos de la barriada de El Palo en la reunión celebrada ayer ante el Alcalde acerca de que, costeándose a expensas de ellos la erección del nuevo cementerio, no se cobren derechos municipales por razón de los sepelios que en aquel se verifiquen, y oídas varias explicaciones del Sr. Primer Teniente de Alcalde Don Santiago Casilari y del Sr. Regidor Don Manuel de Lara, acordó estar conforme con ello y que tampoco se perciban allí otros derechos. También declaró que la obra puede hacerse por subasta, contrata o adjudicación como mejor estimen, y aprovechando la prestación personal o material que puedan obtener, pero siempre arreglándose al proyecto facultativo.
Que se les diga, asimismo, que esto no excluye ni puede excluir, porque es cláusula consiguiente e imprescindible, - y así quedó fijado al principio, con aprobación del Sr. Gobernador-, que el establecimiento no perderá su condición de público, ni los donantes adquieren derechos privados que puedan ser impedimento a la inhumación de cuantos fallezcan en la feligresía, ni la administración pública dejar de tener aquella intervención necesaria y natural a que está obligada en todo cementerio.
Por último el Sr. Regidor Don Manuel de Lara, Delegado de la Alcaldía para conocer y entender en este servicio, y el arquitecto municipal, según su respectiva misión, darán las instrucciones convenientes a fin de que la obra llegue a pronto y satisfactorio término.
Málaga 26 de septiembre de 1865. Firmado: Eduardo García Asencio.
De esta forma se dio luz verde al proyecto del nuevo cementerio de la Barriada, por cuya razón lo más inmediato era ver el terreno donde podría ubicarse y su posterior compra. Tras una serie de tanteos se decidió comprar parte de la huerta de Don Andrés Ruiz Martín, llamada El Saladero. El precio que se pagó por los 1.600 metros cuadrados ascendió a 1.300 reales de vellón.
Y comenzaron las obras. El cementerio se construyó con un cuadro de manipostería con una puerta de entrada para las inhumaciones, ocupando, de los 1.600 metros cuadrados, sólo tres cuartas partes del mismo. El resto, que llegaba hasta las mismas arenas de la playa, se dejó cercado de cañas y chumberas con los correspondientes hitos y mojones para la ampliación del mismo, caso de que fuese necesario.
Las obras debían de estar bastante avanzadas ya en febrero de 1866, ya que en escrito dirigido al Sr. Regidor, se lee: "El Ayuntamiento, de conformidad con lo propuesto por el Sr. Primer Teniente de Alcalde Don Santiago Casilari, acordó un voto de gracia al Sr. Regidor Don Manuel de Lara por el esmero y celo que se ha empleado en la construcción del nuevo cementerio de la barriada de El Palo, venciendo las dificultades para la realización de estas mejoras".
Como en toda obra, al parecer en esta también, surgió algún que otro problema financiero, ya que antes de su inauguración, -debía de estar finalizado el cementerio - en un pleno del Ayuntamiento, celebrado en el Salón de Sesiones de la Casa Capitular Provisional de la calle Císter, N° 1, a las 19:00 horas del Lunes, 5 de Marzo de 1866, el Regidor, Don Manuel de Lara, en moción del día 14, después de referir detalladamente las vicisitudes por las que ha pasado la obra del cementerio nuevo de El Palo hasta su terminación, manifiesta lo que sigue:
"No hay inconveniente, pues, en concepto del que suscribe, en aceptar la recepción, en disponer que se bendiga el cementerio y que se abra para llenar sus fines. Pero antes, conviene resolver algunos extremos.
En primer lugar, pido y propongo que el Ayuntamiento acuerde se abonen de los fondos municipales cien escudos en auxilio de la liquidación pendiente, porque, como en toda empresa, ha habido gastos imprevistos y dificultades con que apenas se contaban.
En segundo lugar, que a la recepción precedan las conformidades de dicho otorgamiento de escrituras por parte de Don Andrés Ruiz, vendedor del terreno, y cesión de los compradores a la Administración Comunal con los demás requisitos que pertenezcan.
En tercero, que el cuidado de conservación e inspección sea sometido a una comisión permanente compuesta del Alcalde Pedáneo, el Teniente Cura y tres propietarios de la misma Barriada, bajo la presidencia de un Regidor".
El Ayuntamiento estuvo conforme en todo cuanto se propuso y facultó al Sr. Alcalde Pedáneo la aceptación, previo requisito prevenido en el párrafo último del Artículo 81 de la Ley Municipal en relación al número 11 del mismo Artículo, y nombró al Sr. Regidor, Don Manuel de Lara, para la presidencia de la comisión permanente.
Los cien escudos pedidos por el Sr. Regidor fueron pagados de las partidas de imprevistos, siendo este el tema con que se levantó la sesión a las 20,30 horas de la citada fecha.
Ya estaba todo prácticamente concluido, sólo restaba para finalizar este comienzo del Cementerio de San Juan, que se nombrara la comisión permanente que se ha mencionado con anterioridad en la petición del Sr. Regidor. Este nombramiento se efectúo en la sesión celebrada por el Ayuntamiento el día 16 de abril de 1866, donde el mismo Regidor propuso "in voce" como vocales de la comisión permanente para la conservación e inspección del cementerio a Don José Soler y a Don José del Rosal, ambos vecinos y propietarios de la Barriada de El Palo, siendo aprobado y aceptado.
A fecha de la presente Publicación el Cementerio de El Palo (como popularmente se le conoce) dista en su estructura del primitivo, ya que a éste se le añadió una gran superficie que constituye toda la parte de la entrada al mismo.
Comprende en total una extensión de 3.213 metros cuadrados, con un número de 824 fosas y 1.327 nichos hasta la remodelación del popularmente conocido como "Patio de párvulos", ubicado en la parcela D y que estaba destinada a albergar los restos mortales de los niños. Dicha transformación cambió por completo la morfología de su anterior distribución, eliminándose las 144 tumbas para niños por la de un patio de paseo con bancos y plantas en sus aledaños, para el uso y disfrute de los usuarios durante la visita a este Campo santo. A continuación se muestran dos instantáneas con el antes y después de esta remodelación:
Otras parcelas allí presentes son las: A, E y F. En estas dos instantáneas aéreas, tomadas sobre el Cementerio de San Juan allá por la década de los '70, se puede observar la primigenia parcela cuadrada a la que, posteriormente, se añadió el resto del Cementerio.:
En el centro del patio de este Campo santo podremos encontrar un panteón familiar con 20 nichos que, con el transcurso del tiempo, pasó a formar parte de los enterramientos ordinarios.
Cabe destacar que en su interior albergaba unos cuadros con las imágenes de la Virgen del Carmen, El Cautivo, el Cristo de Medinaceli y Fray Leopoldo de Alpandeire, entre otros Santos, los cuales y según orden emitida por gestores de Parcemasa fueron eliminados de esta ubicación quedando aún presentes, a fecha de esta Publicación, las alcayatas sobre las que se suspendían y desde donde, según declaraciones de sus familiares, velaban por el descanso eterno de los difuntos.
En cuanto a la vegetación hay que señalar que predominan fundamentalmente los cipreses, pinos y geranios. José Rodríguez, abuelo de enterradores que durante muchos años prestaron servicio en estas instalaciones, sembró en el interior de éstas, muy cerca de la entrada, una palmera que parece ser ya centenaria y que es un ejemplar que tiene la singularidad de que a la altura de un metro aproximadamente parten del estipe o tallo principal trece brazos y una infinidad de tallos pequeños que la hacen ser rara dentro de su especie. En más de una ocasión se intentó hacerle un arriate circular al sustentáculo de la base y rellenarlo de arena a fin de darle más fortaleza y procurar mantenerla el mayor tiempo posible, pero todo quedaba en el intento. Por fortuna, en el verano de 1991 se subsanó todo y hasta se le añadieron refuerzos a varios brazos que amenazaban romperse, constituyendo todo ello un trabajo de excelente ejecución que contribuiría a salvar temporalmente este ejemplar, admiración de propios y extraños.
Otra de las curiosidades propias de este Cementerio es la principal fuente de abastecimiento de agua, ubicada justo a su entrada principal, la cual ha conservado intacta su estructura con un grosor de cal, adherida a sus paredes al cabo de todos estos años, tanto o más ancho que el propio material que la conforma...
Es, por tanto, todo un icono de este Campo santo.
Otra de las curiosidades propias de este Cementerio es la principal fuente de abastecimiento de agua, ubicada justo a su entrada principal, la cual ha conservado intacta su estructura con un grosor de cal, adherida a sus paredes al cabo de todos estos años, tanto o más ancho que el propio material que la conforma...
Es, por tanto, todo un icono de este Campo santo.
Justo enfrente de la entrada principal del Cementerio de San Juan (posee una entrada de servicio en su cara opuesta, por la C/. Julio Gómez, de reciente creación) se encontraban las instalaciones donde vivía el sepulturero junto con su familia. A fecha de la presente Publicación aún siguen en pie, aunque sin uso útil por parte del Cementerio.
Longeva y extensa es la estirpe de sepultureros en este Campo santo, pues fue una profesión transmitida de generación en generación desde José Rodríguez Mingorance, padre de José Rodríguez Campoy y abuelo de Ramón Rodríguez Esteve "Ramonchi" como popularmente se le conoce en El Palo.
Es este último quien nos narra en primera persona que su infancia estuvo muy marcada por el día a día del oficio de su padre y abuelo, compartiendo la vida familiar en estas instalaciones junto a Victoria Estévez Alés, su madre, y Victoria, Conchi, Pepe y Rafael, sus hermanos, con las inhumaciones en las que tomaba parte acompañando a sus predecesores.
Volviendo al Cementerio de San Juan hemos de citar que sus puertas se han abierto muchas veces para dar descanso eterno a varias generaciones de paleños que, ni aún tras abandonar la vida, nunca quisieron dejar en la muerte este bello Campo santo de las tierras de María Santísima.
De los personajes más destacados que allí han sido inhumados citamos al Excmo. Sr. D. Pedro Temboury Villarejo, quien fuera Gobernador Civil de Granada; el ilustre poeta D. José María Souvirón; el Ilmo. Sr. D. Manuel Martín Almendro; los Alcaldes de Málaga D. Enrique Gómez Rodríguez y D. Antonio Gutiérrez Mata y el Embajador de España, Excmo. Sr. D. Justo Bermejo Gómez, entre otros...
En la Fotografía de la izquierda se puede apreciar la imagen de D. Antonio Gutiérrez Mata, quien fuera Alcalde de Málaga y que dio nombre a uno de los Colegios de la Barriada, ubicado en la zona de La Pelusa.
En la Fotografía de la izquierda se puede apreciar la imagen de D. Antonio Gutiérrez Mata, quien fuera Alcalde de Málaga y que dio nombre a uno de los Colegios de la Barriada, ubicado en la zona de La Pelusa.
Este lugar siempre ha sido considerado como uno de los cementerios mejor cuidados de la capital pues, junto a su limpia presentación, se une una abundante riqueza floral que aparece por doquier y que los familiares de los difuntos tienen buen cuidado de colocar en nichos y tumbas a sus deudos. También es digno de resaltar la belleza de algunas de las tumbas y nichos allí presentes, los cuales no pasan desapercibidos para la mirada de los usuarios que se adentran en sus instalaciones.
La Tanatosala, así como la zona destinada a albergar los aseos de este Cementerio han sufrido una severa transformación, por un lado necesaria -aportando confort a familiares y amigos del difunto ante el duro trance de tener que permanecer en su interior durante el estricto tiempo de duelo; instalación de cámaras de frío para la zona destinada a los féretros- y por contra triste, al haberse perdido para siempre la línea de construcción originaria, que durante tantos años hubiera permanecido impertérrita al inexorable paso del tiempo.
Durante el año 2012 la Plaza de Ntra. Sra. del Rosario, antesala de la entrada al Campo santo, sufre una remodelación total, peatonalizándose su entorno y adaptándolo a las necesidades de la Tanatosala, a la que se le cambia en su parte media-alta el mármol que la recubre, debido a los problemas estructurales que presentaba:
De un tiempo a esta tarde este Cementerio acoge una Misa en honor a los Fieles Difuntos cada día 2 de Noviembre, donde el Cura de la Iglesia de San Juan de la Cruz imparte los santos oficios junto a una nutrida representación de feligreses, familiares y amigos de los restos de los difuntos allí presentes. Estas imágenes pertenecen a la Misa oficiada durante el Viernes, 2 de Noviembre de 2012:
Para finalizar esta publicación y según cita nuestro Colaborador, Joaquín Ruano: "antiguamente se vendían flores en muchos lugares del Barrio, las cuales eran cuidadosamente tratadas para ser ofrecidas a los difuntos, siendo las más solicitadas Crisantemos y Rosas rojas. Nadie ha perdido el gusto de llevarle flores a sus seres queridos. También proliferan, las medallas de la Virgen del Carmen, Fray Leopoldo de Alpandeire o San Antonio Abad".
Cementerio de San Juan (El Palo).
Información telefónica: 952434100 / 952006300.
AHORA PUEDES CONTRATAR TU SERVICIO DE AUTOBÚS AL MEJOR PRECIO. PINCHA EL BANNER Y CONSÚLTANOS:
Podéis seguir esta y otras publicaciones en nuestras RR.SS.:
ZOYDERPALO@GMAIL.COM
¿Quieres que tu negocio aparezca en todas y cada una de las publicaciones de www.zoyderpalo.com? Ponte en contacto con nosotros a través de nuestro correo electrónico: zoyderpalo@gmail.com.