No siempre se conoce a la persona que hay detrás del mostrador de un negocio, pero el caso de Eliseo Lauri es distinto. Pocos malagueños se han quedado sin conocer al fundador de la heladería Lauri, una las más emblemáticas de la capital, que falleció el pasado sábado a los 89 años.
Era popular, por sus helados artesanales y por su carácter abierto. Además, se encargó de hacer historia siendo santo y seña de la heladería hasta los 87 años. El alicantino se instaló en el barrio de Pedregalejo en 1952. Fue entonces cuando Eliseo llegó a Málaga con su mujer y sus hijos y abrió el establecimiento de