Con el título de 'Historias y Relatos del ICET, Francisco Chaparro Martín, testigo presencial quiere traer al presente la trayectoria de un centro insigne de enseñanza, desde los orígenes tumultuosos, coincidentes con una guerra fraticida en el siglo pasado hasta la actualidad. Doble y noble propósito persigue el autor: primero, aproximar a su realidad a todos aquellos que no han conocido esta institución. En segundo lugar, reavivar sentimientos de gratitud y merecido reconocimiento en la ingente cantidad de sus compañeros que forman la orla septegenaria del antiguo ICET, hoy SAFA-ICET.
El centro se caracteriza, entre otras facetas, por su ubicación, en una de las zonas privilegiadas de Málaga: el oriente costero, en primera línea de playa y, sobre todo, por la luz que lo baña, e ilumina la mayor parte de los días del año; ejerciendo, a su vez, a modo de faro cultural y de calidad formativa, la más importante de las tareas humanas, la educación en la barriada paleña, y por el que ha pasado la mayoría de su vecindario. Atraídos, también por el atractivo docente y por las circunstancias sociales, recalaron aqí alumnos del plural y heterogéneo solar que compone el enorme mosaico cobijado bajo la piel de toro: curtidos asturianos y leoneses, austeros castellanos, recios navarros, singulares catalanes y vascos, vivaces andaluces... todos se forjaron y unieron en un foro de encuentro, en un ejemplar modo de convivencia y solidaridad, además de adquirir valores que hoy en día son la admiración de quienes tenemos la suerte de conocer y convivir.
Pero de todas las funciones desempeñadas por este centro, la de mayor calado es el haber sido la vanguardia en la Formación Profesional de la Compañía de Jesús, con un carácter de compromiso evangélico hacia un sector de la sociedad carente de centenarias oportunidades, en el que se aunaban todo tipo de necesidades, destacando las materiales y las espirituales. Hay autores que han denominado recientemente a este Centro como un apéndice del Colegio de San Estanislao de Kostka, pero es constatable que, aunque en la Compañía de Jesús, desde sus orígenes, miembros de la misma interpelados por la crudeza evangélica hacia los más necesitados, vienen dando respuesta a estos desfavorecidos, en Málaga, en el siglo XX, la obra que culmina con autonomía y esplendor es la misión que ha llevado y lleva el Instituto Católico de Estudios Técnicos, denominación que rememora el ICAI de Madrid. Surge por la tenacidad y espíritu emprendedor de un jesuita navarro, y a la vez europeísta, el Padre Ciganda, capaz de armonizar con excelencia la máxima jesuita: Fe y Justicia.
Todo este legado no sería pleno sin el referente de los Antiguos Alumnos, por esta razón, Francisco Chaparro, con esta publicación, viene a remarcar uno de los hitos históricos: cincuenta años de existencia de la Asociación. Como en toda obra humana, ha quedado patente la huella de las vicisitudes del transcurso de medio siglo, en el que hay momentos de mayor relieve que otros. El cierre de la formación Profesional a finales de la década de los sesenta, el cambio de titularidad, de directores, la falta numérica de miembros de la Compañía de jesús, a cuya actividad dedicaban parte de sus funciones, no han impedido la existencia de una línea más o menos continua de convivencia fraternal entre sus componentes. Si en un principio fueron religiosos los que impulsaron la asociación, posteriormente los directores seglares, entre los que me encuentro, hemos, y seguimos siendo, sensibles a esta realidad, para mantener la llama necesaria que siga dando luz a las promociones de estudiantes que culminan sus estudios cada años. Este modo de compromiso hoy no es igual, pues la sociología ha cambiado de modo sustancial, el joven tiene y vive otro horizonte, pero los valores en que se educan siguen estando vigentes: la espiritualidad ignaciana basada en el respeto y en la libertad personal, los valores evangélicos y la excelencia en el ser, como constante desde sus orígenes fundacionales.
El autor, sincero, transparente, fiel amigo, colaborador, tenaz y cristiano de compromiso, de una forma de narrativa sencilla, a través de una secuencia en la que se conjuga el pasado y el presente, expone relatos llenos de encuentros lúdicos y fraternales en los que gran parte nos reconoceremos a través de lo expresado, así como y en los documentos gráficos ofrecidos. Nada de esto hubiera tenido lugar si no hubiera sido porque el vínculo que une este mosaico está fortalecido por: la amistad, el afecto y la convivencia, pero sobre todos ellos, el amor, tanto al Jesús vivo, como a la Virgen del Carmen y a las personas que por estas páginas desfilan, transparentando a quienes se los supieron trasmitir, desde el Padre Ciganda y jesuitas que misionaron en el centro como profesores y personas que trabajaron y trabajan para que la formación siga siendo la esperanza del desarrollo de los pueblos y el mejor corrector de las desigualdades ente los miembros de la sociedad, de cualquier raza, religión, etnia, cultura, color o condición.
Francisco Luis Martínez Villar.
Málaga, junio de 2008.
Málaga, junio de 2008.
DIARIO SOCIOCULTURAL DE SERVICIO PÚBLICO EN DISTRITO 2 - MÁLAGA ESTE
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